Tenemos
que pensar que la tasa de crecimiento de la población, cada año, es
de unos 77 millones de personas, casi mil veces a la que tenía lugar
hace 10.000 años y 400 años, cuando se rondaba, tan sólo, las
67.000 personas. Este gran aumento de la población ha provocado que
casi la mitad (para ser exactos, un 43%) de la superficie del planeta
se haya transformado en áreas agrícolas y urbanas. Por otro lado,
los humanos han logrado acaparar el uso de hasta el 40% de la
producción primaria del mundo (lo que hace que se haya limitado su
acceso a otras especies) y consume una gran cantidad de combustibles
fósiles, lo que ha aumentado el aumento de la concentración de CO2
atmosférico en un 35% y ha reducido el pH del océano en un 0.05. Si
dichos impactos llegasen a superar el 50%, podrían llegar a incluir
áreas que, hasta este momento, se encontraban inalteradas en el
planeta. Se verían expuestas a graves consecuencias. Si la población
mantiene el ritmo de crecimiento, que tiene hoy en día, las
consecuencias podrían llegar a ser visibles, ya, en el año 2025, y
los recursos podrían llegar a entrar en un momento crítico, en el
año 2045. Los científicos señalan que lo podría suceder es algo
incierto, pero deberíamos estar preocupados ante las consecuencias
de todo esto.
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