Una
serie de estudios realizados por el IEO han verificado que, a partir
de la llegada de la carybdea marsupialis”, esta se ha extendido de
una forma “alarmante” por el resto del litoral. Pero, estamos
ante un ejemplar muy difícil de ver y que es capaz de localizar a
los bañistas, a los cuales intenta evitar, por lo que el número de
afectados no suele guardar relación con el número de medusas, que
existen. Hoy en día, las investigaciones que se están realizando
sobre medusas, en toda España, ya escasas, hasta este momento, ya
que no se hacen tantos estudios a causa de los recortes económicos,
en el ámbito de la ciencia. Pero, los investigaciones han recordado
la necesidad de dar más apoyo a los estudios que buscan conocer
mejor a dichos seres y para poder trabajar en medidas, que ayuden a
evitar o a reducir al máximo sus consecuencias, de tipo negativo. En
España, nos encontramos con datos desde el pasado año 2007,
mientras que en otras zonas del Mediterráneo, como puede ser el mar
Adriático, se llevan realizando seguimientos, desde hace la friolera
de 40 años.
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