El
resto del dispensador va a quedar a nuestro gusto y a nuestra
imaginación. Su uso va a ser muy sencillo: las bolsas se van a meter
por la boca superior y se van a retirar por el orificio de la base,
con un simple pellizco.
Una
variante que es muy ingeniosa, para los amantes de todo lo reciclado,
es realizar dicho dispensador con una simple botella de plástico
-que es, por otro lado, una buena manera de reutilizar un objeto-. En
este caso, sólo vamos a tener que cortar la base de dicho recipiente
y usarla como si fuera una pestaña, para poder colgar el recipiente
boca abajo en la propia pared. A través de dicho hueco, se van a
introducir las bolsas, que se van a retirar por debajo, a través del
pico de la botella. Se puede elegir cualquier color que pueda
combinar con la decoración de nuestra cocina o usar uno que sea
transparente. Por otro lado, si queremos, vamos a poder decorarla con
apliques, pegatinas o pintar con algún motivo, que habremos hecho a
mano. Las botellas de boca ancha van a ser muy cómodas, para poder
introducir los dedos y poder coger las bolsas, cuando nos hagan
falta.
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