La gran duda que tienen muchas personas es: ¿cómo podemos reducir nuestro impacto, sin tener que dejar de viajar? En términos generales, deberíamos evitar volar tanto y se recuerda que los vuelos más contaminantes son los vuelos domésticos y los vuelos de noche. Las compañías aéreas están buscan un tipo de avión que pueda reducir las emisiones, ya que desde el año 2011 el transporte aéreo está incluido en el sistema de control de emisiones europeo. Pero, nadie ha conseguido una solución, para este problema. Ryanair llevó a cabo una campaña, pero, tras una investigación, que fue realizada por la BBS, tuvieron que parar dicha campaña. El tren y el barco son los medios de transporte que menos CO2 causan pero, el tren, si comparamos el tiempo que tardamos en realizar el viaje y lo que contamina, es la mejor opción. También, deberíamos tener en cuenta que los cruceros nos son valorados dentro de la categoría “barco”, porque poseen un consumo de energía, a bordo, que equilibra lo que son capaces de ahorrar en la quema de su combustible. Si tienes que viajar por carretera, lo más recomendable es apostar por el transporte público, pero si prefieres tener tu propio coche, a la hora de comprar uno, valora los que tenga un motor más adecuado. Incluso, Hertz o Europcar, las famosas compañías de alquiler de coche, dan la posibilidad de elegir un coche de “gama verde” de diesel y nos informan sobre la emisión de CO2 por km2.
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