Una exposición que nos muestra los cubículos metálicos, con unos animales nerviosos, confusos y cansados, que están protegidos de la superficie gélida, por un simple cartón. Los más privilegiados, tienen un trapo, un cojín o algún juguete. Así, Mark Ross, un fotógrafo de Estados Unidos, ha retratado lo que vio, cuando era voluntario, entre los años 2009 y 2010, en el refugio de la calle 110, de la ciudad de Nueva York, uno de los múltiples refugios para animales, que no tienen dueño, que sólo tienen dos salidas: ser adoptados o morir. Al fotógrafo le conmovían, sobretodo, los animales que estaban enfermos, ya que era muy difícil que encontraran un hogar y solían terminar en la inacabable lista de sacrificio. Así, para concienciar a la gente, el fotógrafo dio el paso de colgar las fotos de los perros y gatos, que no sabían que estaban viviendo su último día de vida, ya que estaban esperando la inyección letal, en un intento desesperado de poder encontrarles un nuevo hogar. En algunos casos, logró su propósito; pero, en otros, no pudo ser. En la exposición “Animal Shelter Portraits” (“Retratos de refugio de animales”) se muestran un total de 76 fotografías, de las cerca de 2500, que llegó a realizar. "Cuesta más convencer a la mujer recién llegada y mucho más difícil trabajar con los hombres porque tienen un desconocimiento total de la mujer y estás hablando de cosas de las que no se habla jamás” dice el fotógrafo, que va a donar todos los beneficios a la organización, No Kill Advocacy Center, que intenta terminar con los sacrificios, en los centros de refugio.
Foto: fuente
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