A
la hora de hablar de las ciudades ecológicas, nos encontramos con
diversas propuestas, como son las siguientes:
-Implantación
de redes eléctricas inteligentes (que se conocen, en inglés, “smart
grid”): para poder aprovechar, mucho mejor, la generación
eléctrica, se va a reducir el gasto y las emisiones de dióxido de
carbono (CO2) y otro tipo de sustancias contaminantes, se van a
desarrollar las energías renovables, se va a facilitar a los
consumidores el importante autoconsumo energético y se va a reducir
la dependencia del exterior.
-Se
va a mejorar la información y la gestión de los datos: el empleo de
nuevas tecnologías en los servicios urbanos, para poder mejorar sus
prestaciones, y con este paso, se va a lograr ahorrar aspectos tan
importantes, como son la energía, el dinero, el tiempo... que no
sólo va a beneficiar al ciudadano, sino que se va a beneficiar al
medio ambiente. Las posibilidades que tenemos encima de la mesa, son
diversas: unas redes de transporte, que están mejor diseñadas, con
toda clase de información para sus gestores y los ciudadanos, un
control del tráfico de la ciudad que sea óptimo, de la calidad de
elementos como el aire, el agua, de la gestión de los aparcamientos,
unos ideales servicios de teleasistencia ciudadana, de información
con realidad -que sea aumentada-, del uso eficiente del alumbrado
público, de los sistemas de recogida de basuras, de la energía que
se emplea en la urbe, la climatización, poder establecer una red de
coches eléctricos con sus peculiares sistemas de recarga, la
optimización de los servicios administrativos y de los centros
publico, como son los centros de salud, las oficinas municipales...
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