La
plaga de esta oruga está causando graves daños en pinares y,
también, problemas de salud en las personas y en los animales
domésticos. La oruga procesaria, una plaga que es bastante común en
los pinos, dentro del territorio español, podría estar a punto de
extenderse a las ciudades. Las suaves condiciones, que han
caracterizado al último invierno, han propiciado que la presencia de
este insecto haya proliferado y haya causado daños graves en
pinares, urticarias o alergias, tanto en los seres humanos, como en
el caso de los animales domésticos. Hay que evitar el contacto
físico, es necesario poner en marcha actuaciones preventivas, antes
de que la infestación sea ya masiva o usar los métodos más
habituales de los profesionales de control de plaga, son algunas de
las medidas que se recomiendan, en este caso. La procesionaria del
pino debe su nombre a que, cuando está en forma de oruga, se
desplaza en grupo, de una manera alineada. Se ha convertido, con el
paso del tiempo, en una verdadera pesadilla de los bosques de pinos
(pero, también, su presencia está provocando estragos en bosques de
cedros, abetos y cipreses, aunque en menor medida) y su presencia, en
las ciudades, ya se está volviendo algo bastante habitual. Así, lo
ha advertido la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas
(ANECPLA).
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